El talante hegeliano de la negación

  • La negación fenomenológica de Hegel: la ruptura de una lógica formal
  • Negatividad en Hegel

La negación fenomenológica de Hegel: la ruptura de una lógica formal

“Innovar es una dinámica producida a partir de su propia pérdida, una grandeza evanescente” – Hegel

CONTEXTO: ¿QUÉ OCURRÍA EN EL S. XVIII?

La relación finito-infinito

La concepción metafísica separó lo infinito y lo finito, como dos categorías que se oponen mutuamente. En realidad, lo infinito y lo finito se hallan en una conexión dialéctica. El mundo material es infinito en el espacio y en el tiempo, pero es a la vez el conjunto de cosas, fenómenos y procesos finitos en desarrollo. Las nociones de lo infinito y de lo finito reflejan su conexión real en el mundo de la materia en movimiento. La noción de lo finito refleja la limitación de las cosas, de los fenómenos y de los procesos en el tiempo y en el espacio. Todas las cosas son transitorias, finitas. Sólo la materia, el mundo material, es infinito. La noción de lo infinito expresa por tanto la limitación de la materia en el espacio y en el tiempo. Esta noción refleja también la múltiple variedad cualitativa infinita de las cosas, fenómenos y procesos del mundo material. La infinidad tiene un carácter contradictorio, lleva implícita toda la variedad múltiple de lo finito, pero no es la simple suma de las cosas finitas, puesto que la infinidad denota el movimiento eterno, la mutación, la destrucción de lo viejo y el nacimiento de lo nuevo. Engels, explicando a Hegel, distingue la noción de infinidad mala del verdadero concepto de infinidad. En la infinidad mala tenemos la simple salida ininterrumpida fuera de los límites de lo finito, por ejemplo, en el caso de una simple serie de 1 + 1 + 1 + 1 + 1…, en la que la infinidad denota la suma de la serie infinita de unidades, suma que jamás puede ser alcanzada; aquí la infinidad se opone como algo ajeno a lo finito. En cambio, la infinidad auténtica concibe el mundo realmente existente y en eterno desarrollo en toda la riqueza inagotable de sus manifestaciones. Engels dice: “La infinidad auténtica ya fue correctamente señalada por Hegel en el espacio colmado y en el tiempo, en la naturaleza y en la historia”. En matemáticas, las nociones de lo infinitamente grande y de lo infinitamente pequeño, que constituyen los fundamentos del análisis matemático, reflejan relaciones reales. El carácter real de lo infinitamente grande está en la infinidad de la materia en el espacio y en el tiempo, en la múltiple variedad infinita de las cosas y de sus cualidades. Modelos de lo infinitamente pequeño matemático son las partículas elementales de la materia, con su divisibilidad infinita, con su inagotabilidad. Engels señala también como modelos de lo infinitamente pequeño, los diversos cuerpos celestes, cuyas proporciones, en comparación, por ejemplo, con las distancias interestelares, resultan mínimas y permiten operar con ellas en matemáticas, como con lo infinitamente pequeño. Precisamente por eso el análisis matemático tiene un enorme valor en la ciencia, porque las nociones de lo infinitamente grande y de lo infinitamente pequeño están abstraídas de relaciones reales en el mundo material. Ver más en Diccionario soviético de filosofía

Hacia otra noción de identidad

La identidad es identificada como espíritu dentro del texto la fenomenología del espíritu, el cual “ha roto con el mundo anterior de su existencia y de sus representaciones, y está a punto de arrojarlo para que se hunda en el pasado, está en el trabajo de reconfigurar. Cierto es que el nunca está en calma, sino que está prendido en un permanente movimiento hacia adelante.” (Hegel, 2010, p.65), refiriéndose así a que no existe esencia como el fin último de identidad, este siempre va avanzando y transformando. Sin embargo, para Hegel la identidad se define como el conocimiento de uno mismo, por lo tanto se refiere a la conciencia la cual se construye por medio de de conocer, lo cual se adquiere mediante la experiencia, así señala el autor que “la conciencia no sabe ni concibe nada mas que lo que está en su experiencia; pues lo que hay en esta es sólo la substancia espiritual, y por cierto, como objeto del si-mismo de ella. Pero el espíritu se hace objeto, pues el es este movimiento de llegar a ser-se otro, es decir, de llegar a ser objeto de su si-mismo, y de asumir este ser-otro” (Hegel, 2010, p.65).

Leer: “Hegel y la identidad como proceso”

El Geist hegeliano

Leer: “Der absolute Geist”

Negatividad en Hegel

Supuestos epistémicos en el argumento negativo de Hegel